Cinco meses en la televisión. Ni más ni menos que en el nacimiento de Non Stop People en Movistar Plus (la integración de Canal Plus en Movistar TV). Me puedo sentir muy afortunado.
Sin haberlo pretendido, me llegó la oportunidad y no me lo pensé dos veces: tocaba aparcar momentáneamente la radio y dar el salto al mundo de la televisión. Aunque siempre las ondas FM me ha cautivado, la tele también tiene su aquel y lo he comprobado viviendo la grata experiencia de la construcción de cero de todo un canal. Aunque tendré tiempo de analizar y comentar en profundidad mis meses catódicos aquí van algunos apuntes a vuela pluma de lo que he podido aprender en los primeros meses de vida de NSP España (ya existía el canal en Francia).
Pero antes para los que no conozcáis este impresionante proyecto, os despejo un par de dudas rápidas:
¿Qué es Non Stop People?
Como dice la web: una televisión joven e innovadora en la que se habla de #tendencias, #cine, #cultura, #música, #moda… Y lo cierto es que es así, un canal único de jóvenes para jóvenes. Con un lenguaje actualizado, se da una vuelta a los informativos normales con cuatro ediciones de NEWS muy amenas; El Hub, un programa de tarde que te conecta a los mundos que te interesan (Internet, cultura, moda, cocina…) muy pegados a la Red; XTRA!, el night show con lo más selecto de la actualidad, entre otros, la entrevista del día e incluso un programa despertador de lunes a domingo, el Good Morning People para empezar informado y animado cada día.
¿Qué he hecho en Non Stop People?
Con una redacción que no supera de media los 25 años encajaba a las mil maravillas. Consideraron positivamente mi perfil y entré a formar parte de los más de 50 profesionales que rompen con lo habitual en la televisiones clásicas de la repetitiva TDT. He podido hacer prácticamente de todo y es por ello por lo que estoy realmente satisfecho con la experiencia: entré de apoyo en las redes sociales, hice de figurante de entrevistados, ayudé en la puesta en marcha de la página web, organicé todo el equipo de rótulos de la emisión y de ahí a participar puntualmente en El Debate o tener incluso mi propia sección en El Hub en el plató. No puedo pedir más.
Como podéis ver, mi primera experiencia profesional de jornada completa en un medio no ha podido ser mejor. Aunque podría haber continuado, al llegar septiembre tenía que volver a las clases y no de una forma habitual. Ya os contaré, pero está claro que me gustan los retos.

En cualquier caso, tras esta nada breve introducción vamos a lo que prometía: las cinco grandes enseñanzas que me llevo de estos meses que son, sin duda, historia de la televisión en España:
1# Los compañeros lo son todo
Lo tengo claro: uno de los mayores activos que me llevo es conocer a grandes profesionales. Una generación de buenas personas que, no me cabe duda, marcarán la pauta informativa de las próximas décadas.
Una cadena de televisión que emite 24 horas es todo un trabajo en equipo en el que debes estar coordinado cual engranaje de un reloj. Hay que saber delegar y tener confianza en que quien está detrás en la cadena de trabajo lo va a hacer estupendamente.
2# Tras la universidad queda todo por aprender
El periodismo de la universidad y el que se lleva a cabo en las redacciones están muy lejos de parecerse. En las clases de la facultad entiendo que se aprenden lecciones importantes pero no es hasta que llegas a una redacción 24/7 donde aprendes lo que es de verdad vivir la actualidad.
Saber vender una noticia para que entre en escaleta, buscar los recursos legalmente para que una información tenga contenido, optimizar el tiempo para que una pieza esté lista a su hora de la mejor forma posible, decenas de palabras del vocabulario propio de la jerga del sector… El título de la universidad no te librará de seguir asimilando nuevas capacidades.
3# No hay atajos para el éxito
Imposible. No puedes pretender de la nada convertirte en el número uno. Algunos haciendo el teletexto, Matías Prats la quiniela, Susana Griso las efemérides… Lo he visto en mis compañeros, que todos ellos han tenido que esforzarse previamente al máximo para llegar a donde han llegado, y de alguna forma también me ha sucedido a mi.
Hasta poder alcanzar un hito como es presentar en el plató una sección de una cierta enjundia de un programa –algo que a duras penas soñaba antes de entrar–, hay que ir dándolo todo día a día, semana a semana y mes a mes con paciencia y tesón. Y después de todo eso, hay que asimilar la dura realidad: puede que las oportunidades lleguen o no.
4# El poder de sentir libertad
En un medio de comunicación me parece fundamental. Es algo que había escuchado a muchos profesionales hacia sus empresas y ahora lo entiendo. Aunque exista toda la seriedad del mundo, la supervisión, una cierta vigilancia, se agradece infinitamente que confíen en uno. Que si respondas, puedas sentir la libertad de trabajar a gusto.
En mi caso depositaron la responsabilidad de prácticamente todo lo referente a rótulos de los programas e informativos. Tengo que reconocer que me encantó tener el poder (siempre con la razonable y agradecida supervisión) de abrir un informativo con uno u otro titular o acabar los programas con una despedida «a mi estilo» recordando en pantalla las redes sociales, página web, hashtag…
5# La comunicación nunca volverá a ser igual
Por último, pero tal vez lo más importante que aprendí es que la forma de llegar al espectador está cambiando a marchas forzadas y lo hará de forma radical en los próximos años. He tenido el placer de estar en una redacción que no es ajena a esta realidad y pone todo su empeño en adecuarse a estas nuevas formas de informarse y entretenerse.
Sin intención de caer en el dramatismo, muchos medios perecerán en el camino. Pero otros llegarán a la meta de adoptar el nuevo lenguaje que va más allá de hablar al espectador de una forma más cercana: los temas tratados, el enfoque de los mismos, la comunicación no verbal o hasta los formatos publicitarios. Vivimos unos tiempos de revolución permanente y eso es apasionante.

¡Volveré!