Tras una primera toma de contacto con el apasionante mundo de la televisión, este verano 2017 lo recordaré siempre porque fue cuando pisé por primera vez RTVE. Después de meditarlo, decidí lanzarme a la piscina, abandonar la zona de confort y disfrutar de este medio durante unos meses.
He tenido una gran suerte al poder aterrizar en el histórico Telediario de La 1 de Televisión Española trabajando codo con codo con unos grandes profesionales. Vivencias de todo tipo, todas positivas. Ha sido en el área de Sociedad, una sección que abarca una gran cantidad de temas (tráfico, meteo, salud, fiestas, ciencia y un largo etcétera). He tenido la oportunidad de observar in situ zonas incendiadas hace unos años o informar sobre las altas temperaturas; he visitado el pueblo del polémico Boloencierro o he profundizado en complejas operaciones policiales.
No ha sido un verano nada típico. Me ha tocado vivir uno de los momentos más duros probablemente desde el 11M: los atentados terroristas de Barcelona y Cambrils. Periodísticamente intenso y apasionante pero muy, muy triste en lo humano. Ojalá sea el último ataque de estas características.
Y la actualidad ha ido mucho más allá, últimas horas tan importantes como la muerte del banquero Miguel Blesa, la declaración ante el juez del presidente Mariano Rajoy, la turismofobia, incendios brutales como el de Portugal o tormentas devastadoras. Montar reportajes, acudir a grabaciones, localizar entrevistados insólitos, buscar imágenes impactantes en redes, redactar noticias de última hora… muchas han sido las labores que me han permitido desempeñar.
Me llevo grandes aprendizajes, nuevos y buenos compañeros y muchas ganas de seguir trabajando en el sector del periodismo.