
Siete exámenes en tres días, puede parecer inteso, duro, agotador,… y… lo es. Realmente me ha parecido toda una experiencia que hay que vivir una vez en la vida.
No tengo intención de enumerar esos tan manidos consejos que particularmente a mi no me han servido de mucho. Por ejemplo: duerme 8 horas al día, estudia siempre en el mismo sitio, luz natural preferentemente por el lado izquierdo en el caso que seas zurdo,… Yo creo que cada cual tiene sus técnicas y es probable que las mías por muy efectivas que para mi sean no sirvan para otras personas.
Por ello en este post simplemente me gustaría aportar una serie de reflexiones personales aleatorias, justo cuando me entero que puede ser que la mia sea la última o la penúltima generación que pase por estas pruebas con la enésima reforma educativa que está por venir. Ahí van:
1# Realidad o mito: Fácil de aprobar, difícil sacar nota
Muchas veces he oído eso de «si apruebas bachillerato, selectividad es fácil», yo creo que depende. Son muy pocas las asignaturas en el que el examen final en clase es en lo relativo a la cantidad de materia es igual a lo que se nos plantea en selectividad. Por lo que yo diría que aunque es cierto que siempre se escucha que «el 94% de los presentados (que se presentan) aprueban», no quiere decir que esté chupado aprobar es necesario trabajar y mucho, sobre todo durante el curso pero también los días previos. Las declaraciones recientes de Wert, por lo tanto, me parecen bastante desafortunadas.
2# Cómo organizarse, he ahí la cuestión
Una vez superado el curso, me parece fundamental organizarse bien las dos semanas aproximadamente previas a los exámenes. Yo creo que en clase no se trata mucho el tema y cada cual se organiza como buenamente puede, algo en lo que me parece que está buena parte del éxito.
Como en todo hay opiniones diversas, hay quienes no reducen nada su «vida social» y quienes nos mantuvimos recluidos en el estudio hasta más de 15 horas diarias. En ambos casos los resultados pueden ser igualmente positivos. Entiendo que haya a quienes que salir un rato les sirva para desconectar, en mi caso, no lo vi necesario y al final no me arrepentí de, en cierto modo, hacer ganas para lo que vino después…
3# El corrector, ese gran enemigo
Un examen que puede ser de 10 durante el curso sin problemas puede suponer varios puntos menos en la PAU y viceversa. He podido comprobar a posteriori que es más que fundamental ponérselo fácil al corrector, y no siempre cantidad es igual a calidad. Por ejemplo, mi examen de historia de cuatro pliegos (12 hojas), una de las asignaturas que mejor me sabía, se tradujo en un 7,00 que a todas luces indica que el corrector no se ha leído el examen…
Puede ser que las asignaturas de letras sean más subjetivas a la hora de corregir, pero también las de ciencias tienen su margen de parcialidad.
4# Encontrar la motivación
Cada cual tiene que buscar sus propias motivaciones y aunque parezca evidente que estudiamos para poder entrar en la carrera que nos propusimos hay momentos a las dos de la madrugada en la que no sirve.
En mi caso además de concederme esas pequeñas recompensas (chocolate, descanso de 10 minutos,…) me ayudaron reflexiones como alguna que encontré por Twitter del estilo de: las tres peores semanas del año para los tres mejores meses de nuestra vida, si tal persona pudo hacerlo yo también,…
5# Repasos de última hora
Otro de los asuntos en los que hay disparidad de opiniones. Muchas veces he leído que el día de la víspera hay que relajarse por completo y evitar hacer repasos exaustivos y mucho menos en las horas previas. En mi caso sí intenté dejar estudiada repasada toda la materia dos días antes del comienzo de los exámenes, al final fue solo un día.
Pero cuando llegó tal día fui incapaz de no dar un repaso general muy rápido de todo lo del día siguiente. Mientras que el mismo día personalmente opté por madrugar bastante para dar el último repaso. Una opción no tiene porqué ser mejor que la otra, cada cual después de tantos años ya se conoce a sí mismo y sabrá como rinde mejor.
Camo veis simples ideas que se me pasaron por la cabeza tras hacer el último examen y que seguro que me hará gracia leer dentro varios años y así recordar una de las experiencias más intensas de la vida. A muchos no les servirá estas reflexiones pero quizás a otros sí y yo creo que son ideas que me hubiese gustado leer a mi antes de empezar.
Una vez obtenidas las notas finales en las que siempre hay sorpresas tanto positivas (por ejemplo en mi caso en MatemáticasCCSS que nunca me han atraido demasiado, un 9,8) y negativas (en Literatura Universal que había sacado muy buena nota durante el curso, un 5,00 después de caer el tema que no me había repasado) toca hacer reclamaciones/segundas correcciones siempre que el calendario lo permita (en mi caso no, al hacer las pruebas en Castilla y León y estudiar en Madrid) para ver si la nota final (en mi caso un 12,118/14) sea suficiente para entrar en el grado elegido; y ya finalmente disfrutar del merecido verano. El próximo post sobre otra experiencia personal tan intensa si cabe, el viaje de fin de estudios con la clase a Mallorca.
Por último, repetir que a cada cual le servirán unas técnicas y a otros otras, por lo que como estoy seguro que en lo que he expuesto no coincidirá todos los lectores, comentad todo lo que se os ocurra.
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