7 disrupciones que revolucionarán el periodismo

Sigo desglosando la investigación universitaria ‘Modelos de negocio de la prensa tradicional vs. Nuevas plataformas de contenido’ que llevé a cabo hace unos meses. Como hice con otro trabajo similar, aprovecho estas semanas para publicar a continuación algún extracto por si es de interés para otros investigadores, estudiantes, profesionales, curiosos o, directamente, quien sea.

Tras analizar el pasado y presente de los medios, entramos a analizar el futuro y para ello pasamos a observar fenómenos que pueden cambiar el funcionamiento de la prensa de masas. El término de ‘tecnología disruptiva’ fue definido por primera vez en 1995 por Clayton M. Christensen y procede etimológicamente de provocar una ‘ruptura de forma brusca’. Hace referencia a la puesta en marcha de nuevos productos y servicios que, en lugar de enmarcarse en la competencia dentro de una tecnología dominante, se pone como objetivo la creación de un nuevo mercado sobre unas necesidades que no existían hasta el momento (por ejemplo, los dispositivos GPS o la telefonía móvil).

En el mundo de la comunicación son varios los frentes que determinarán cómo serán las noticias en el futuro. A continuación se hace un repaso por algunas de las tecnologías que varios expertos han apuntado como claves en este campo.

1# Los drones y otras tecnologías

Los nuevos progresos en la materia de la técnica también hará que la forma de producir noticias por parte de las empresas periodísticas del mañana poco o nada tendrán de semejante con la forma de proceder hoy en día.

Antonio López y Luis Aramburú (2017) aventuran que se puede denominar como ‘periodismo dron’ a un nuevo género en el sector. Sea como fuere, desde que en 2010 se publicó la primera fotografía hecha con un dron (un paparazzi captó con un invento casero a Paris Hilton en la playa) y en 2011 (vídeos aéreos de protestas masivas en Varsovia y en Moscú) los drones han llegado para quedarse al periodismo. Estos autores defienden que su punto de vista aporta una perspectiva totalmente novedosa para el ojo humano, sirviendo para enriquecer tanto noticias diarias como reportajes, tanto el periodismo de investigación como el fotoperiodismo, etc.

Las hologramas, los implantes neuronales, la impresión 3D, los androides y los robots… son muchos los adelantos que de una forma u otra también afectarán al sector de estudio en este trabajo. En muchos casos se avista la final de la figura del periodista clásico tal como lo conocemos. No obstante, siempre tendrá que haber profesionales detrás, al control de estas tecnologías.

2# El blockchain

Esta tecnología ya está transformando sectores como el de las divisas (con el bitcoin) o el de los contratos (los ​smart contracts​), de la misma forma afectará al sector estudiado. La periodista Covadonga Fernández (2017) avanza que gracias a la descentralización del blockchain llegarán los “medios infinitos” o, directamente, el fin de los medios como los conocemos hoy en día.

Como Uber lo ha hecho con los taxis o AirBnB con los hoteles, ya empiezan a surgir plataformas donde los lectores se ponen de acuerdo con los periodistas. Los medios de comunicación dejan de ser intermediarios entre estos dos colectivos. Los contenidos periodísticos serán como las canciones que se compran con micropagos en iTunes o los videojuegos de las tiendas de ​apps​.

El blockchain permite abonar pagos en céntimos de euro, entre otras muchas opciones. Por ejemplo, suscribirse a contenidos concretos, por días, elaborar alertas de noticias de especial interés, etc. Es un proceso de fragmentación de contenidos y de pagos que también beneficiará a los anunciantes. Fernández indica que el 80% de la publicidad online se gestiona desde Google y Facebook. Sostiene que con sistemas de votos los periodistas serán remunerados en función de la valoración del contenido por parte de los lectores o estos últimos podrán ser colaboradores a la hora de ampliar la información o de consumir publicidad. Por estas funciones los usuarios también podrán ser recompensados.

3# La realidad virtual y la realidad aumentada

Tanto la realidad virtual (crear entornos ficticios que se pueden ver, por ejemplo, con gafas de realidad virtual) como la realidad aumentada (sobreimpresionar sobre, entre otros, la pantalla de un móvil de elementos virtuales en la cámara que refleja la realidad) tendrán aplicaciones en el periodismo. Ya se empiezan a desarrollar las primeras pruebas. El ​New York Times ​o The Washington Post​ ya han presentado reportajes en estos novedosos formatos.

Como se ha comprobado en muchas ocasiones estas innovaciones se llevan a cabo gracias al patrocinio de grandes marcas. Mientras tanto, gigantes tecnológicos como Google, Snapchat o Apple ya están también dando grandes pasos.

Se avanza, así, hacia el periodismo inmersivo. Permite situar al lector en el centro de la historia, puede convertirse en primera persona, de forma virtual, en el protagonista de la noticia. En entornos de tres dimensiones (3D), imágenes y sonidos reales, los usuarios pueden zambullirse en el lugar de los hechos de la actualidad.

Una de las periodistas que más han experimentado en este campo es la americana Nonny de la Peña. Desde 2012 lleva creando experiencias en este campo. Las gafas Oculus Rift, ahora propiedad de Facebook, ya están estandarizadas (se venden por 300 dólares) y son muchos los reportajes que se han elaborado directamente para este formato. La periodista en varias entrevistas asegura que permite aumentar la credibilidad de lo que cuentas al empatizar con las personas que aparecen en los reportajes que te hablan directamente a ti. En algunos casos la estética es de videojuego pero en otros se acerca más a la realidad. Además, De la Peña indica que es más fácil monetizar estos productos al ser casi imposible de copiar, algo que sí sucede con un reportaje o una exclusiva redactada y publicada en papel.

4# El Internet de las cosas y el Periodismo de las cosas

Internet ha desbordado la pantalla del viejo ordenador de sobremesa y ahora está y estará en todas partes. De la misma forma que cada vez es menos habitual ver series o programas de televisión únicamente sentado en el sofá frente a la televisión del salón, ahora consultar la actualidad está en cada rincón. A los teléfonos móviles, tabletas y ordenadores no debería extrañarnos la llegada de otras plataformas. Se calcula que en 2020 habrá más de 20 billones de dispositivos conectados a la red. Gadgets de todo tipo como relojes inteligentes (​smartwatches​) o gafas de realidad aumentada, hasta electrodomésticos. Esto supondrá ya todo un cambio estructural en el modelo de consumir noticias y en su producción… alterando muchas variables del consumo (ambientes, interacción, narrativa, inmersión…) (Barceló y Lenzi, 2017).

De la misma forma, la tecnología avanza hacia lo invisible. Estamos a medio camino en el recorrido que llegará a tener la conectividad en este sector (Asensi, 2015). Además de la realidad virtual (VR), se están afinando desarrollos experimentales basados en interfaces de voz y gestuales que sentenciarán los teclados y ratones como se ha indicado.

Además, con el uso de estos aparatos conectados a la Red se puede obtener gran cantidad de información y datos que servirá para mejorar la experiencia de uso e, incluso, para mejorar los contenidos informativos.

5# El periodismo ciudadano

Tras una primera etapa en el que el periodismo ciudadano (las aportaciones de personas no periodistas al relato informativo) se tomó con cierto recelo por la profesión, con el paso del tiempo, se ha colocado esta forma de recabar información en un lugar primordial. No es que el ciudadano cree contenido directamente consumible por el resto de la audiencia, sino que el gran público es una fuente más para el periodista. El móvil de cada espectador en cada rincón de la geografía mundial puede grabar y enviar un vídeo de un hecho noticioso a una redacción infinitamente antes que lo que tarda en llegar un enviado especial hasta el lugar y en enviar su crónica.

Entrará en juego el ‘User Generated Content’ (UGC). Una de las tres revoluciones que Paloma Bravo apunta para el futuro del periodismo y de la televisión en particular es la revolución del consumidor que es un ciudadano informado, exigente e impaciente que, además, aporta contenido. También señala la revolución tecnológica (la multipantalla) y la de los creadores (el desarrollo de nuevas narrativas).

Los usuarios producen contenidos y los distribuyen en un Internet donde ya se ha superado la Web 2.0. Algunos autores como José Alberto García Avilés y Alberto Nahum García Martínez apuntan al fenómeno de los ‘viewers’ que, además, son multitarea, al consumir simultáneamente varios soportes.

En relación con el periodismo ciudadano y la implicación del lector en la actualidad surge a colación la idea de la ‘telecracia’. El impulso del interés por la actualidad política vivido en los últimos años se refleja en ese concepto. Mientras antes eran los pocos los enterados del devenir informativo del Congreso de los Diputados o de las elecciones en sus diferentes dimensiones, ahora se emiten en directo como si de realities show se tratara, disparando el interés del espectador medio en el asunto. Surge una mayor conciencia ciudadana en lo que respecta a interesarse por el devenir de los asuntos públicos e, incluso, a implicarse. Ya no se trata únicamente del nacimiento de un periodismo interactivo, sino de la sociedad interactiva o de una telecracia democrática interactiva e interaccionada, como señaló Mariano Cebrián.

6# El big data

Gracias al big data los sistemas de recomendación están cada vez más ajustados. De esta forma es posible saber a alguien que ha leído, que ha escuchado o que ha visto determinado contenido qué va a ser lo próximo que le puede gustar. Llegan los “autoprogramadores”. Estadísticas de modelización, minería de datos y algoritmos de aprendizaje automático permiten que aplicaciones como YouTube, Spotify o Netflix acierten a la hora de, en base a lo que has visto, sugerir nuevos contenidos.

La BBC ya ha iniciado un proyecto, a cinco años vista, de máquinas de aprendizaje automático para determinar lo qué el público quiere ver (Liao, 2017). Más allá del Gran Hermano de George Orwell en 1984 o The Minority Report de Philip K. Dick, la digitalización está suponiendo ya que los productos audiovisuales (por ejemplo, series como House of Cards) avancen por las tramas que más gustan a los espectadores en base a sus valoraciones, los contenidos que descargan, el si ven el capítulo entero –o en qué punto desconectan–, las búsquedas que hacen de actores, directores, géneros, etc. (Lucía Caballero, 2016).

Lo mismo se aplica a la publicidad, surgirán spots programáticos distintos que, superada la emisión lineal, encajan mejor en cada espectador. En Internet también las portadas de los diarios de información se personalizarán en función del interés de cada uno en las secciones clásicas (nacional, internacional, sociedad, cultura, deporte, etc.) Además, las nuevas generaciones no responden al consumo reactivo, son proactivos. Fijan dónde, cómo y cuándo ver contenidos (Josep Monleón, 2015).

7# El periodismo biónico

La aplicación de la Inteligencia Artificial directamente en la redacción de las noticias ha llegado y lo ha hecho para quedarse. El periodismo biónico o incluso el cyborgperiodismo tiene unas marcadas fortalezas y amenazas que ya se han estudiado en profundidad. Su punto fuerte es que parte de una técnica que permite desarrollar cometidos informativos que hoy no somos capaces pero, por el lado contrario, tiene una debilidad: los diversos peligros que surgen con una explosión de inteligencia computacional y la bioelectrónica que pueden descontrolarse y quedar al servicio de intereses oscuros (López, Rodríguez, Valencia, 2016).

Si bien es cierto que bajo estos conceptos hay un punto de futurismo también lo hay de presente. El periodismo biónico triunfa al contar con habilidades que a los seres humanos se les escapan. Estos avances producen cierto miedo en los profesionales pero estas desconfianzas que han aparecido desde el comienzo de la Red los periodistas las han ido salvando.

Ya en los últimos años robots desarrollados por Google o la agencia de noticias Associated Press escriben miles de historias al año. Por ahora se atreven con noticias no muy elaboradas: las cotizaciones bursátiles de grandes empresas o los resultados de campeonatos deportivos. Pero con el paso de los años estos sistemas se desarrollarán tanto, hasta el punto de ser capaces de editar y presentar piezas en un informativo de televisión.

Algunos autores sostienen que los años 2010-2020 serán aquellos en los que el periodismo se debata entre el magnetismo de dos polos: el del pasado (las raíces y los elementos básicos del periodismo), y el futuro (la inteligencia artificial marca su terreno). Se trata de un panorama donde el periodismo biónico trae nuevas posibilidades y entraña riesgos.

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Este artículo es una adaptación de parte del trabajo de fin de grado titulado ‘Modelos de negocio de la prensa tradicional vs. Nuevas plataformas de contenido’ elaborado por Fernán González Hoyuelos en 2018 bajo la supervisión de la profesora Carolina Hernández Rubio (URJC).

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