No hay una única manera de ejercer como periodista. Es algo en lo que en la carrera apenas se hace hincapié. Cada uno llegamos a la universidad con un arquetipo de comunicador en la cabeza, pero al llegar al mundo profesional encuentras muchas formas de trabajar.
Uso este blog como rincón de la Red donde colgar breves apuntes que pueden ser de utilidad, por ejemplo, para jóvenes que quieren entrar en este mundillo. Por ello, hoy quería pasarme por aquí para plasmar ocho tipos de periodista que he encontrado en la jungla de la actualidad en la que ya llevo atrapado cerca ya de siete años. Insisto en que es información que debería tratarse más en la carrera, pero, al menos en mi caso, no se comentó apenas. Es clave para saber por qué camino tirar cuando sales de la facultad. También creo que puede ser información práctica para aquellos jefes de prensa novatos que se enfrentan por primera vez a convocar a los compañeros para comunicar algo.
1# El agenciero
En primer lugar, los chicos y chicas de las agencias (Europa Press, EFE y Servimedia, fundamentalmente). Aquellos que no pueden perderse nada. Publican el teletipo que da la voz de alarma sobre una última hora o que recogen los aburridos discursos y declaraciones de políticos, entre otros. Sus textos muchas veces son leídos más por los periodistas que por el público general, pero son más que imprescindibles en el día a día para que todo funcione. ¡Gracias, compañeros, sois esenciales!
2# El de la radio
El segundo protitipo de criatura que habita los espacios susceptibles de ser noticiables, sobre todo en ambientes políticos, son los de las radios. Viven por y para no quedarse sin el sonido del día. Como ellos suelen decir, les pagan por hacer la calle. No pueden quedarse bajo techo casi ningún día y tienen que hacer muchos kilómetros a pata y sobre ruedas para llegar a la noticia. Lógicamente su interés es que las ruedas de prensa se convoquen a horas decentes para llegar a la hora de su informativo y, también, importante, que no coincida con el boletín de cada hora, del que son esclavos. Cada 60 minutos tienen que estar disponibles para entrar en antena y meter el mejor corte de audio del momento.
3# El de la tele convencional
Cambiamos de medio y nos vamos a la tele. En primer lugar destacaría a los reporteros televisivos de toda la vida. Sobre todo, de las cadenas con más recorrido. Éstos centran su día en que a la hora de comer y a la de cenar aproximadamente, si tienen noticia, tienen que estar listos para una conexión en directo desde su punto habitual: Congreso, Bolsa, Ayuntamiento, Asamblea, etc. o desde donde toque ese día. Además, durante la mañana y la tarde, como los de la radio, tienen que vivir por no perderse las declaraciones del día (los canutazos) y grabar vídeos para reportajes (entrevistas a gente de la calle, imágenes relacionadas con el tema del día, etc.).
4# El de los nuevos programas
Por otra parte, en el mundo tele, hay otros especímenes. Son los reporteros de los nuevos programas donde el orden ha saltado por los aires en pro de la tensión informativa y de la agilidad para pasar de un tema a otro sin dar margen al espectador para que se aburra. Estos periodistas viven con una oreja escuchando el programa por un pinganillo y con la otra en la calle, para ver cómo entrar en el directo con un protagonista o con alguna información de última hora. Durante lo que dura el programa viven como si en la retransmisión de un partido de fútbol se tratara. A la carrera sí, pero también disfrutando de la caza de la noticia en la más pura esencia del directo.
5# El de prensa de papel
En un plano algo más relajado destacaría al periodista de papel. Esos redactores que, sin tener que acudir a todo, pueden organizarse el día. Viven pendientes del teletipo de las agencias por si hay un giro de guión en el día. No obstante, si no hay sorpresas, a la mitad del día saben qué temas entrarán en las páginas de papel del día siguiente. En su caso se las afanan por tratar de darle un nuevo enfoque a la polémica del momento. Reportajes pulsando la opinión de afectados por determinados temas, entrevistas con políticos para indagar en las cuestiones del día, etc. Tienen el poder de marcar la agenda. Un tema que llame la atención puede ser el tema del día siguiente en la boca de todos los configuradores de la opinión pública y publicada.
6# El del diario digital
A continuación destacaría el redactor de medios digitales. Está a medio camino de todo. Es apasionante porque uno no para. Tiene que intentar sacar la última hora antes que nadie. Eso sí, siempre escribiendo los artículos respetando las normas de optimización para buscadores (SEO). Pero no puede quedarse ahí. A cada rato tiene que publicar algo para renovar la portada. No valen temas ya publicados. Hay que sacar informaciones exclusivas, con otros enfoques y, sin olvidar las entrevistas y los reportajes en vídeo que también hay que trabajarlos. Un medio multimedia 100%. Sin horarios porque la noticia puede saltar a cualquier hora y la web es 24/7. Tensión informativa constante. No es apto para corazones débiles, pero que es muy gratificante cuando salen las cosas bien.
7# El veterano-tertuliano
Sin salir de la prensa escrita cabe hablar de los veteranos de las redacciones. Esos analistas, que muchas veces peinan canas, que ya están pasados de vuelta de todo. Lo han visto todo en esta profesión y se las saben todas. Tras una vida trabajando, ya viven lógicamente a otro ritmo. Escriben la crónica política sosegada desvelando las claves que han rascado con las valiosísimas fuentes que conocen de toda la vida, divagan en tertulias de la tele y la radio o acuden a los desayunos informativos en busca de las claves del día y de dejarse ver a partes iguales.
8# El investigador
Otra especie sin parangón en la profesión son los que viven por y para la investigación. Las noticias de carril pasan de largo para ellos. Viven con la presión de tener que destapar escándalos de los que hacen época. Puede que no publiquen algo en meses, pero cuando pulsan el botón Publicar puede caer un alto cargo, un ministro o, incluso, un presidente. ¿Su fuerte? Reunirse con todos. Nunca se sabe qué portero de comunidad de propietarios o empresario del Ibex tiene en su poder pistas para escribir un tema de los que quedarán para la historia.
Mención aparte requerirían figuras como los directores, los columnistas, los editorialistas, los presentadores, los analistas especializados, los foteros, los youtubers, etc.
Igualmente, cada sección es un mundo aparte. De los periodistas de deporte a los de economía, de series y TV, de moda o de internacional. Cada temática tiene sus particularidades específicas que merecerían capítulo aparte.
En todo caso, confío que estos esbozos hayan resultado de provecho al más puro manual de clase de uni. En cualquier caso, para ser periodista siempre hay que vivir bajo una máxima: contar noticias.